miércoles, 11 de marzo de 2015

Aral, el mar perdido




La agonía del Aral, el mar que está a punto de desaparecer. Sobre 1960, el mar Aral, ubicado en Asia Centra, era el cuarto más grande del mundo. Hoy, a este lago le queda solo un 10% por culpa del hombre.
La agencia espacial norteamericana NASA publicó imágenes satélites que evidenciaron con una crudeza extrema algo que los ciudadanos de Kazajstán y Uzbekistán saben muy bien: el mar Aral es una lágrima de que era hace 50 años.
Como en tantos desastres naturales, intervino la mano del hombre. Sobre los años 60 se decidió desviar el curso de los ríos Amu Darya y Syr Darya, principales afluentes del Aral, para irrigar tierras de cultivo. Desde ese entonces, el mar comenzó a secarse lenta pero persistentemente, pero en el 2000, ya había perdido la unidad y estaba partido en dos: parte sur en Uzbekistán y parte norte en Kazajstán.
La parte sur se había subdividido en dos lóbulos, occidental y oriental, lugar que terminó de desaparecer en poco más de una década.


Y personalmente no sé si se puede adjetivar tan apresuradamente de imbecilidad. Ejemplos como éste – aunque no tan evidentes – pululan por todos lados. Sin ir más lejos, tenemos en el este del país canales que drenan el agua de bañados para poderles dar a esas tierras usos productivos. Hay que evaluar a qué costos se obtienen los beneficios, para ver si es sensato llevar a cabo las cosas. También sabemos que la quema de combustibles fósiles va a deparar en una lotería climática y sin embargo no somos capaces de parar de hacerlo. Pensándolo bien, tendríamos que lidiar con la incapacidad de responsabilidad de la humanidad, sobre todo de arriba hacia abajo.

Maira

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